PrevReseña: ‘Los Protegidos: el regreso’ 

Poderosos: felices de veros, pero ya no estamos en 2010
“La única serie donde lo real siempre es extraordinario” era el lema que encabezaba las promos de Antena 3 anunciando su nueva serie, Los Protegidos, a finales de 2009. Parece ayer cuando encendimos la televisión y vimos por primera vez a la familia Castillo. Durante trece semanas, les conocimos, vivimos sus primeras aventuras y dimos la bienvenida a una serie que conviviría en emisión con otros éxitos del momento. Aprovechando el descanso de las cuartas temporadas de El Internado y la Física o Química, Los Protegidos llegaban con la idea de quedarse y enamorar a su audiencia. Era enero de 2010.

Andy Tavárez – Previously Series

Tras una segunda temporada estrenada en cines en 3D y un nuevo lema para su tercera tanda de episodios, “todo poder tiene su origen”, para entonces la ficción ya contaba con fieles espectadores, quienes descendieron su compromiso con el avance de las tramas y las largas esperas de casi un año entre temporadas –algo, como la serie, también extraordinario para la audiencia española de entonces, acostumbrada a pausas de cuatro meses–. Especialmente esta última tercera temporada llegó más tarde de lo previsto, guardada en un cajón “esperando el mejor momento para ser lanzada”, tal y como declaró Antena 3 en su momento. Probablemente este guardado en un cajón no favoreció a la audiencia y cometieron un error, como también sucedió con El Barco. Al mismo tiempo, emitió su última temporada anunciando desde el principio dos finales grabados… ¿con qué motivo? En resumen, las decisiones, catastróficas muchas veces, de parrilla de la década pasada.

Este fue el contexto de Los Protegidos en 2010, una serie querida pero un daño colateral en su batalla entre cadenas, aunque no sería la única. En base a estos finales, la serie cerraba del todo su puerta o la dejaba abierta a una cuarta temporada. Y la puerta se abrió… Diez años después.

Valle Perdido, principal localización de la serie, volvió a nuestras vidas el pasado 19 de septiembre de 2021, escapando de la pequeña pantalla –al menos la tradicional– y buscando a los espectadores de 2010 en su formato Premium de Atresplayer, OTT del grupo Atresmedia. En plena oleada de remakes, reboots y revivals, ¿ha estado a la altura su retorno? ¿Era y es necesario ahora que ha renovado por una nueva temporada?

Si algo definía a Los Protegidos en 2010 era la familia, ingrediente con el que nos emocionábamos pero que también servía de eje para alcanzar a la mayor audiencia posible. Si a esto le agregábamos lo innovador de los poderes y los efectos especiales en TV, era fácil, aunque fuese de forma esporádica, quedarse en el sofá viendo a los Ruano intentando comprender a los Castillo. Pero, sorpresa, el tiempo ha pasado: los efectos de Los Protegidos: el regreso deben ser mejores y las tramas ya no pueden ser las mismas que hace una década porque el espectador de 2010 en 2021 tiene 11 años más.

Todos estamos de acuerdo en que los VFX (Visual Effects) están por encima de los empleados en su origen y es cierto que hay mayor ambición técnica y de dirección en el uso de los planos. Al mismo tiempo, Los Protegidos: el regreso presume de una baza no siempre posible: traer de vuelta a todo su elenco principal –salvando recastings–. Hay mayor uso de exteriores, bebe de la nostalgia para removernos el corazón y la actualidad sienta muy bien a nuestros protagonistas. ¿Qué falla entonces en este revival que ya ha renovado por una 2T, la 5T dentro del universo Protegidos? Precisamente lo mismo que falló en 2010: el guion.

Y justificamos la respuesta: lo que funcionó entonces sigue funcionando ahora. Rosa Ruano sigue sacándonos una carcajada, Mario sigue brillando como padre y los chicos, cada uno en su terreno, nos siguen robando el corazón. El problema radica en el tratamiento de la historia, en fallos tan básicos como usar una foto de Borja Ruano en un móvil y al final del 4×01 mostrar a un villano oculto que lleva la misma ropa. Luego esperan que nos sorprendamos con el giro sorpresa del 4×02. Querido equipo de la serie, lo sentimos, pero no somos los mismos que en 2010. No somos tan evidentes, nos fijamos más, nuestro ojo audiovisual es más ambicioso, observador y exigente. No podéis caer en estas cuestiones tan de los 2000.

Tampoco funciona que se repita la trama secuestro. Otra vez. O el Clan del Elefante. Otra vez. O Lucas sospechoso de ser malo. Otra vez. O la tensión sexual de Culebra y Sandra. Otra vez. ¿Debemos llegar hasta el cuarto episodio sin sospechar que él es el padre de la nueva poderosa? Insistimos: los espectadores de 2021 han visto muchas, demasiadas series. No somos tan básicos. Hasta los cierres de episodio siguen siendo los de antes, y el argumento de es por la nostalgia no va a servir para siempre.

El sentimiento es agridulce. Nos emocionamos de volver a ver al elenco junto, a esta familia unida que tan buenos momentos nos regaló, pero necesitamos ver el mismo avance técnico en la escritura. La historia necesita salir del Clan del Elefante, de Padres o Madres. Ya esos cartuchos se quemaron en su momento e incluso en las temporadas originales las tramas se repitieron. Es impensable que se vuelva a lo mismo dos lustros después.

Con esto, esperamos ansiosos esa 5T ya oficial, pero confiamos en que regrese con una historia más madura, más adulta –como su audiencia– y huyendo de lo superficial, de lo corriente. ¿No prometían en sus promos de 2009 que estábamos ante una serie extraordinaria? Que así sea. Más vale tarde que nunca, y lo bueno de todo esto es que, aún con sus errores ya cometidos, estaremos ahí para verles evolucionar y convertirse en la gran serie de ciencia ficción española que puede llegar a ser.

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